Si quieres ver la entrevista al completo pincha AQUÍ.
Seguro que habéis oído hablar de los delitos de odio en la televisión y en la prensa diaria pero, ¿qué son exactamente los delitos de odio? Pues bien, son los comportamientos que incitan o fomentan la discriminación contra una persona o un grupo por razones racistas, homófobas, ideológicas, sexistas transfobas etc…
En este grupo de acciones se incluyen la diseminación de mensajes o distribuir propaganda, eso si, siempre de manera pública, como por ejemplo a través de internet, o en un mitin o charla pública ya que se entiende jurídicamente que esto crea un clima de violencia hacia las minorías.
También se incluyen los actos que impliquen humillar o menospreciar a miembros de minorías aunque sea en el ámbito privado. Hay que tener en cuenta que ser humillado está penado no por ser un delito de odio sino por ser un atentado contra cualquier persona. Si además la razón de esta humillación es la pertenencia a un grupo minoritario protegido por la ley, entonces se añadirá al delito un agravante por delito de odio.
Por ejemplo “Odio a Obama” no es considerado por la ley un delito de odio, en cambio “Odio a Obama por ser negro” si está penado por la legislación.
La figura del delito de odio es creada con la misión de proteger a una serie de minorías que se han visto históricamente discriminadas o perseguidas. Son personas a las que se les ha negado en el pasado derechos en las instituciones, quienes son o han sido objetivo del odio irracional de los privilegiados y a quienes se deshumaniza, se les niegan sus identidades por lo que se encuentran en un plano de desigualdad.
Hay que tener en cuenta que todos hemos sido educados en una cultura de la cual no podemos desprendernos en el sentido de que ésta nos condiciona significativamente.
Hasta hace bastante poco la homosexualidad estaba catalogada como una enfermedad mental, una desviación a curar. En muchos países ha estado penada esta categoría sexual con la cárcel, como es el caso de Rusia, e incluso con la muerte por lapidación, como en diversos países árabes.
Con estos ejemplos quiero decir que nuestra sociedad va evolucionando y eso es estupendo, pero nuestras raíces nos influencian y generan en nosotros juicios de valor que están en lo más profundo de nuestro ser. De ahí surgen estos odios infundados y absolutamente desactualizados. De la interpretación de la educación recibida, del sesgo de la información manipulada, de las compañías frecuentadas…
Uno es libre de odiar en su fuero interno siempre y cuando lo guarde para sí mismo y no se dedique a molestar a los demás, de lo contrario debe ser amonestado por intolerante.
Ángela Gual.