¿Os habéis preguntado la influencia que puede llegar a tener la manera en que os comunicáis con vuestros hijos? ¿Cómo puede afectarles? ¿Qué beneficios pueden adquirir y por lo contrario qué problemas pueden desarrollar si no aprenden a manejar las habilidades comunicativas básicas? ¿Gritáis en casa? ¿Sois de los que solucionáis los problemas o más bien escurrís el bulto, dejándolo pasar y ya se solucionará solo? ¿Discutís como gatos en celo entrando en una escalada simétrica? ¿o hay uno que machaca a los otros en plan Alfa? ¿Sois permisivos o autoritarios? ¿Democráticos o dictatoriales?
Los niños aprenden a comunicarse con los demás y con el mundo exterior a través de signos y formas comunicativas que adquieren en la familia y que entienden como normales y que asimilan como lógicosestándares. Tenéis que saber que lo replicarán en el mundo y las consecuencias de esos resultados, en parte y sin delegar responsabilidades, os las deberán a vosotros, padres y tutores.
Es nuestra responsabilidad enseñarles herramientas útiles y globales para que ellos puedan comunicarse efectivamente y también para que aprendan a expresar sus emociones.
Una buena comunicación dentro de la familia ejerce una función protectora ante las situaciones de riesgo a las que puedan estar sometidos nuestros hijos. La posibilidad de que los niños puedan intercambiar con sus adultos de referencia mensajes claros y directos, que reciban mensajes empáticos y de sostén representa no solo una fuente de autovalorización a la hora de afrontar los desafíos relacionales sino también la posibilidad de que creen una base segura para explorar el mundo emotivo que les rodea. Es decir, si un niño tiene conflictos fuera de casa, y se siente seguro en el hogar, con sus figuras de referencia, se abrirá a ellos y les comunicará lo ocurrido. Eso facilitará que los padres puedan darles herramientas, tanto de relativización de lo ocurrido como de diversificación de las diferentes interpretaciones que se le pueden dar a la realidad como de el valor justo que se le da a las cosas y la importancia a la hora de sentirse heridos o juzgados. La confianza pues, será clave para que nuestros hijos puedan sentirse respaldados y aceptados, a la hora de confesarnos sus crímenes y pecados.
Claramente la escucha activa, el respeto y la apertura son tres valores fundamentales a la hora de comunicarnos eficazmente con nuestros niños así como el darles un feed back de seguridad que refuerce la harmonía de los lazos establecidos.
Por otro lado, cabe mencionar que podemos enseñarles tanto directa como indirectamente habilidades comunicativas para ser mas efectivos a la hora de comunicarse con los demás:
Podemos enseñarles a reconocer las emociones, a expresarlas y a regularlas a través de nuestras prácticas lo cual supone un ejercicio consciente y didáctico, a través de hacerles conscientes de lo que sienten en cada momento, de responsabilizarles de sus emociones y de la gestión de las mismas.
La forma indirecta de aprendizaje, que sucede de forma continua e inconsciente, queramos o no, es aquella en la que ellos observan de forma natural nuestro comportamiento, a través de la convivencia, de las vivencias cotidianas del día a día, reconociendo la forma en la que nosotros expresamos, medimos y gestionamos tanto a nivel de modalidad como de intensidad, la expresión de las emociones.
El modelaje que así se llama este copying es la capacidad de observar natural del niño que imprime en su emotividad el concepto de la realidad, del cómo han de ser las cosas, por lo que la replicación se da en un porcentaje elevadísimo aunque puedan tener ordenes verbales que las contradigan. Este modelaje representara en ellos el gimnasio verbal y no verbal de aprendizaje del cual aprenderán sus propias expresiones emotivas.
“Se dice que un niño hará el 80% de lo que vea y el 20% de lo que le ordenen”.
Como conclusión lo que debemos tener claro es que nosotros somos “EL MODELO” a seguir y es algo que no debemos olvidar en ningún momento porque siempre y digo siempre nos están observando y analizando para aprender a través de nosotros cómo funciona el mundo y las personas.
Ángela Gual.