¿Tienes idea de qué es exactamente la ortorexia o cómo puede afectar a tu vida? Se trata de un trastorno reciente (fue definido en el año 2000 por Steven Bratman) y que cuenta cada día con un mayor número de casos diagnosticados. No te pierdas este post que hemos creado y en el que te explicamos en qué consiste.
La ortorexia es un trastorno de la alimentación como puede ser la anorexia o la bulimia. Se trata de un problema más novedoso y del que se han diagnosticado muchos casos en los últimos años.
Como el resto de trastornos de alimentación, aparece derivado de los cánones de belleza imposibles de obtener que van apareciendo e imponiéndose en nuestra sociedad. Modas o valores actuales nos van presionando poco a poco, tanto a nivel social como publicitario, empujando a muchas personas a caer en alimentaciones desordenadas y poco saludables.
La ortorexia se puede definir como el trastorno consistente en la obsesión por la comida sana. Cada vez es más frecuente encontrar a personas que miden al milímetro toda su comida, todo lo que ingieren o bebe a lo largo del día. Parece que todo el mundo sabe qué deberíamos comer e incluso cómo deberíamos cocinar.
Es importante no caer en el error de confundir este inconveniente con el hecho de cuidar la alimentación y apostar por un modelo saludable. Comer bien está genial, cuidarse es una de las cosas más importantes que existen para poder sentirnos bien y equilibrados a nivel de autoestima. La salud tanto física como mental forman una simbiosis que se retroalimentan.
Pero, ¿hasta qué punto es bueno radicalizarse en nuestros hábitos saludables? La clave está en el bloqueo de nuestras funciones básicas, independientemente que estemos en un nivel personal, laboral, social o familiar.
En otras palabras, el peligro comenzará en el momento en que se comiencen a restringir alimentos por el deber de mantener una alimentación sana, produciendo carencias alimentarias y pudiendo caer en la desnutrición.
Además, la ortorexia puede acarrear consigo otros problemas, como cerrarnos socialmente al no acudir a eventos, círculos sociales, actividades de ocio o acontecimientos en los que estemos expuestos a la tentación de consumir alimentos “prohibidos” para nosotros.
Básicamente, este trastorno va englobado en una “búsqueda de la perfección” que no es para nada saludable. Cuanto más perfectos pretendamos ser, más imperfecciones propias encontraremos. Esto no hará más que provocar malestar y aumentar nuestras propias restricciones, olvidándonos de lo que es “saludable”. Cuidarse es bueno. Obsesionarse, no.