Una fobia no es más que el miedo irracional que algunas personas pueden desarrollar hacia objetivos, seres o situaciones externas y que crean una aprensión desmesurada en diferentes grados. Puede darse desde una simple sensación de intranquilidad hasta generar ataques de pánico y de angustia. En esta ocasión, nos gustaría aprovechar estas líneas de nuestro blog para hablaros sobre la fonofobia, un rechazo o temor a ciertos sonidos.
Como ocurre con otras, la fonofobia no posee un fundamento sensorial, sino psicológico. Cada individuo teme una situación y puede deberse a un hecho traumático que ha generado esta fobia. Es fundamental ser conscientes de la importancia que encierran las fobias, ya que generan estrés o ansiedad en el paciente. No podemos olvidar que, en los casos más graves, puede llegar a derivar en una depresión.
Por tanto, cuando hablamos de fonofobia lo estamos haciendo a un miedo desmesurado a determinados ruidos que no tienen por qué ser ni extremadamente fuertes ni tampoco estridentes. ¿Entonces? Se puede desarrollar este problema ante ruidos simplemente singulares o específicos. Básicamente, aquellos que la persona en ha fijado en su psique y a los cuales presta una atención obsesiva, de la misma manera que hace lo posible por evitarlos, y ahí es donde radica el problema y el funcionamiento de su mantenimiento.
Un asunto que tenemos que tener presente es que una fobia siempre responde a una conducta de evitación. Esto implica que la persona tiene tanto miedo o incomodidad al respecto que hace todo lo que está en su mano para no encontrarse con el ruido. De esta situación se pueden extraer dos mensajes. El primero, muy evidente y funcional: he evitado el ruido y me he “salvado” de tener que angustiarme.
El otro mensaje es mucho más subliminal, pero a la vez muy potente, que le dice a la persona: has evitado el problema porque no eres capaz de hacerle frente. Este mensaje sugestivo crea en nosotros la idea de que realmente el peligro es cada vez mayor. A la siguiente evitación, se vuelve a generar el mismo mensaje, “no eres capaz”, y lo que inicialmente puede ser un pequeño problema, se comienza a convertir en un gran obstáculo hasta que se desarrolla una verdadera fobia.
Síntomas de la fonofobia
Un asunto delicado es que los síntomas de este problema pueden ser considerados como subjetivos, ya que dependen de cada sujeto. Algunos de los más comunes pueden ser:
- Sensación de desagrado a sonidos específicos
- Enfado irracional ante dichos sonidos
- Episodios de ansiedad
- Estrés
- Dolor de cabeza
- Taquicardia
- Aumento de la sudoración
- Predisposición a evitar lugares ruidosos y concurridos