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Las Nuevas Tecnologías han avanzado de una manera estrepitosa en los últimos 15 años. La forma en la que entendemos la información ha dado un giro de 360 grados y las clásicas formas de aprendizaje han quedado totalmente desactualizadas.
Mientras en siglos anteriores, e incluso hasta hace 15 años, aprendíamos a base de memorizar textos y conceptos, ahora hemos pasado de acumular información a aprender a gestionar la información, aprender a cuestionarnos las preguntas correctas y a buscar la forma más efectiva de extraer esta información tan valiosa de los diferentes medios tecnológicos que tenemos a nuestra disposición.
Esta nueva forma de captar y transformar la información por supuesto, tiene unas ventajas que saltan a la vista, como el hecho de no tener que dedicar millones de horas a empollar las diferentes materias, por ejemplo o a no necesitar prestar suma atención para recordar conceptos o datos relevantes. De esta manera podemos manejar muchísima más cantidad de información, ya que no tenemos que procesarla ni almacenarla en nuestro cerebro.
Sin embargo, también existen peros a esta nueva manera de manejar los datos. Por ejemplo; antes recordábamos al menos los números de teléfono de nuestros seres queridos, nuestros padres, hermanos, pareja… hoy en día y gracias a las agendas de nuestros teléfonos inteligentes, ya no es necesaria esta memorización, por lo que no recordamos estos datos. Tampoco los eventos importantes, ya que los tenemos apuntados en la agenda.
¿Quién se acuerda de cómo se realiza una raíz cuadrada, o quizás de dividir a mano? No es ya necesario puesto que tenemos calculadora en la mano 24horas al día. ¿Utilizar un callejero? ¿mirar un mapa? ¿orientarnos en un lugar desconocido? Tenemos Google Maps, que nos lleva deliciosamente de un punto al otro de la ciudad, sin que tengamos que saber si quiera donde estamos. ¿Leer libros? Para qué? Ahora tenemos twitter, Facebook y demás redes sociales que nos informan en 2 líneas de todos los acontecimientos que suceden a nivel global (de una forma superficial y partidista) pero global y sobre todo muy actualizada.
Tenemos Estas y muchísimas otras funciones han dejado de ser necesarias para nosotros gracias a las nuevas aplicaciones, las nuevas tecnologías que lo hacen todo por nosotros.
Es fantástico al igual que incapacitante, ya que muchas zonas neuronales que trabajaban exhaustivamente en nuestro cerebro han dejado de funcionar paulatinamente.
Nuestro cerebro ya no se ejercita como antes y estamos perdiendo la capacidad de poder realizar según qué ejercicios mentales, debido a la poca práctica que le damos al coco.
Así pues, con la evolución tecnológica ganamos cosas y perdemos cosas. Esperemos ganar más de lo que perdemos, que seguro que si. Solamente hemos de ser conscientes de lo que ocurre en nuestro interior y así poder retener lo que nos es útil y a la vez permitirnos el evolucionar hacia el futuro.
Ángela Gual.