Pincha AQUÍ para ver el Informativo al completo.
¿Por qué hay personas que no respetan el confinamiento?
Principalmente en estos días inciertos que estamos viviendo, aparecen 2 tipologías de personas que hacen caso omiso a las indicaciones de seguridad que emite el Estado para prevenir contagios y mantener a salvo a los ciudadanos;
Por un lado, y en aumento, aparecen los egoístas. Son las personas que se sienten seguras por el hecho de no pertenecer al perfil de riesgo estipulado por las autoridades sanitarias. Quizás son jóvenes o no tienen asociadas patologías respiratorias previas que puedan amenazar la comorbilidad de su situación de salud. Ellos sienten que no quieren hacer el sacrificio de limitar su libertad para favorecer a otros. Desean salir a la calle y lo hacen ya que trasmitir el virus no es algo que a ellos les preocupe. Se sienten inmunes y no les preocupa lo que les pase a los demás o de si son partícipes o responsables de que enfermen otros. No sienten respeto por las personas mayores o por la propagación masiva del virus, solo les interesa su bienestar, estirar las piernas, que no les afecte todo este lío a sus rutinas cotidianas.
Por otro lado se puede diferenciar al grupo de los negacionistas. Son aquellos que todavía a día de hoy piensan que todo este confinamiento es un movimiento político, exageraciones o medidas desorbitadas para afrontar una situación que no consideran tan rara ya que «la gripe anual mata a mucha más agente».
Esta reacción era normal hace unas semanas, cuando la información que nos llegaba era ambigua, parcial y quizás escasa. Pero ahora el Gobierno a modificado criterios, ha emitido decretos e incluso se ha decretado el Estado de Alarma. La posición del Estado y de las Fuerzas de Seguridad son firmes y ya no hay lugar a dudas en cuanto a la peligrosidad y gravedad de la situación que vivimos, por lo que mantener esta negación de la realidad y en consecuencia transgredir las normas de confinamiento por este motivo responden a un perfil que roza el pensamiento patológico.
Hay pocas cosas que se puedan hacer para cambiar la forma de percibir la realidad de estos dos grupos de forma indirecta ya que los egoístas tienen una gran dificultad para empatizar con los demás y es por eso que no les interesa su bienestar. Este hecho no cambiará por más que les digamos que está mal o que perjudican a terceros. En cambio los negacionistas podrían estar utilizando esta forma de protección como barrera psicológica para no enfrentarse emocionalmente a tal drama.
En cualquier caso, una acción que parece estar funcionando es la sanción económica. Cuando nos tocan el bolsillo todos reaccionamos ya que es una «agresión directa» hacia nuestros intereses personales. Parece que especialmente para los egoístas, es la medida que más puede funcionar en estos momentos a la hora de corregir sus conductas socialmente comprometedoras y dañinas por el hecho de que ellos miran por sus cosas, y por lo tanto, corregirán la actitud si esta daña sus propios intereses.
Ángela Gual