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Participación de la psicóloga Ángela Gual en el análisis del perfil psicológico de los mayores criminales de la historia, en el Programa “La Noche” de la COPE, de la mano de Adolfo Arjona, en el cual narran, a través de diferentes especialistas, interesantísimos casos de criminales, que sacudieron al mundo.
Es complicado descifrar con cierta fiabilidad el perfil psicológico de un asesino del que no se conocen a penas datos, aunque a través de los pequeños detalles que deja su rastro, podemos hilar un tejido significativo y consistente.
Veamos, no sabemos quién fue ni como era el asesino, pero lo que si que sabemos es que trató de matar a Evelyn de forma voluntaria y conscientemente.
El hombre, en un momento dado del trayecto, quiso mantener relaciones sexuales con Evelyn. Esta demanda pudo haber sido premeditada o no, lo cual nos apuntaría más a un perfil manipulador o a uno más impulsivo y espontáneo.
Se sintió rechazado y profundamente ofendido por lo que defendió su supuesta hombría con unos cuantos puñetazos que desplazaron a la chica del volante, que tomó el criminal.
Llegados a este punto, se abrirían 2 hipótesis principales posibles a la hora de dibujar la mente del asesino:
Por un lado, si el asesino fuera ciertamente impulsivo, emocionalmente volátil y estuviera gravemente afectado por la sensación de rechazo experimentado, si se hubiera dejado llevar por la ira de esos sentimientos de vergüenza e inadecuación, podría haber cometido el crimen por puro descontrol o incluso, por miedo a las represalias de una futura denuncia por parte de la muchacha. Estaríamos delante de un neurótico que ha perdido los papeles, con falta de control de impulsos y de gestión de la ira o del miedo.
Por otro lado, si el hombre, tras la negativa de la víctima, hubiera decidido asesinarla como castigo a su ofensa, viéndola como merecedora de una muerte lenta y dolorosa, por no ser digna de la oferta que él le había hecho, entonces estaríamos hablando de un psicópata, capaz de pegarle fuego al coche con ella dentro con la pura intención de someterla y de hacer su justicia.
Esta segunda hipótesis cobra fuerza en el sentido de que resulta especialmente cruel la manera elegida por el asesino, para liquidar a la joven, ya que incluso un pirómano que no puede contener la compulsividad de quemar cosas, viendo el sufrimiento ajeno, difícilmente se marcharía sin mirar atrás, lo contrario de lo que haría un frío y estéril psicópata emocional.
Ángela Gual.