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Participación de la psicóloga Ángela Gual en el análisis del perfil psicológico de los mayores criminales de la historia, en el Programa “La Noche” de la COPE, de la mano de Adolfo Arjona, en el cual narran, a través de diferentes especialistas, interesantísimos casos de criminales, que sacudieron al mundo.
Resulta en extremo cobarde este acontecimiento tan triste y mezquino.
Vemos que los 4 chavales tienen antecedentes de haber cometido diferentes delitos, todos ellos relacionados con el desorden público, robos y daños intencionados a terceros. Todos estos hechos nos dibujan el mismo perfil, aquel que describe a personas sin empatía, que se divierten produciendo el mal ajeno, que se regodean de ser superiores y que no muestran, ojo, ni sienten, el más mínimo ápice de culpabilidad o remordimiento. Ya sabéis de quienes hablo no? Los temidos psicópatas. Son como un arma cargada puesta en las manos de un inconsciente. Tan letales como indiferentes.
En este caso se han juntado dos factores imprescindibles para que la catástrofe se diera finalmente. Por un lado, se juntan 4 asesinos potenciales, y digo potenciales porque hasta este crimen, no sabemos si habían cometido más. Pero lo que si sabemos es que dada su naturaleza psicopática y la potencia de sus impulsos sádicos, es bastante probable que volvieran a hacerlo de no haber sido apresados, dado que para este tipo de personas, y una vez superan ciertos límites, les resulta un juego de engrandecimiento del ego, que les excita y divierte por partes iguales. Son narcisistas y ciertamente antisociales. Se podría decir que el sadismo, es decir el juego de hacer daño a los demás, es su deporte favorito, que los coloca en dominancia y en una posición de ser temidos por los demás, cosa que les gusta porque más poderosos se sienten.
Añadido a esto, nos encontramos con el segundo punto de confluencia del cual os quería hablar. Las creencias ideológicas que compartían estos sujetos, de intolerancia al diferente y de supremacía sobre “los débiles” los empodera a realizar abusos con mayor libertad y sobre todo, impunidad, al menos desde el punto de vista de lo que ellos consideran que está bien y mal.
Ellos no viven ajenos a nuestra Sociedad y saben que según nuestras formas de vivir no se deben hacer estas cosas, pero a ellos no les importan nuestras leyes ni nuestra ética ya que tienen la suya propia, que es mejor y a la que hay que honrar. Por eso roban, maltratan a los peruanos o atacan a los vagabundos, porque para ellos, estas acciones tienen un significado especial de “limpieza” y de hacerlo porque pueden, porque son mejores y superiores.
Entonces se nos junta en estos 4 individuos, el perfil psicológico del psicópata, no solo capaz sino con ganas de agredir a los débiles más la creencia ideológica que genera conductas de abuso y superioridad. Un coctel verdaderamente peligroso.
Además, el hecho de ser un grupo también influye notablemente en la sucesión del acontecimiento ya que se animan, se reparten las tareas, existe lo que llamamos una dilución de las responsabilidades, ya que de forma abstracta, unos van haciendo y otros miran, alternando roles. Se divierten y ninguno ejerce un papel moralista sino todo lo contrario. Se calientan para ver quien hace la burrada más grande con el pobre chico. Hay ensañamiento, alevosía, apología al dolor gratuito y por supuesto, abandono del herido con la intención de dejarlo morir tras una agonía lenta y penosa.
Eso si, sin mirar atrás. Una tara genética y una acomodación ambiental que hace de estos seres, depredadores superiores no aptos para vivir en una sociedad civilizada.
Ángela Gual.